Los estadounidenses acudieron a las urnas en forma masiva, puntuales a su cita con las historia, dispuestos a dar un golpe de timón al rumbo político del país.
Al final de una presidencia de ocho años, George W. Bush deja un país sumido en una de las peores crisis económicas de la historia, con dos frentes bélicos abiertos (Iraq y Afganistan), con una pésima imagen internacional, por el uniletaralismo que demostró esta administración, por la fragante violación de los derechos humanos, que realizan en Guantanamo (Cuba), con el pretexto de obtener información para su lucha en contra del terrorismo.
Estados Unidos vive momentos intensos cargados de emoción, de incertidumbre sobre lo que podría ocurrir con sus empleos, sus casa y la educación de sus hijos. En medio de todo esto un hombre capitalizo la esperanza de una mayoría, incluyendo en su campaña el famoso "yes we can" (si se puede).
Si se puede salir avante de la crisis, si se puede restaurar los principios de libertad y democracia que le dieron origen a esta nación, si se puede salir victoriosos de la guerra contra el terrorismo, sin acabar con las garantias individuales, si se pueden superar los prejuicios sociales sobre la raza, el género o la preferencia sexual; si se puede hacer que Estados Unidos pueda mirar con esperanza el futuro.
Por muchas razones este triunfo es histórico, un hombre negro hijo de un keniano será el presidente 44 de los Estados Unidos, por si esto fuera poco hace un año nadie podría apostar por que el senador de Illinois pudiera llegar a la Casa Blanca, una campaña que fue creciendo poco a poco y que aprovechó las ventajas que las nuevas tecnologías ofrecen, que pudo conectar con la gente y superar la enorme diversidad cultural de la nación. Una campaña que inmiscuyo de manera especial a los jóvenes, que los envolvió y los hizo participes de ella. En síntesis una campaña que se fundió con los sentimientos y ambiciones de la mayoría.
Hoy comienza la historia después de la épica victoria, el momento en el que hay que canalizar este gran triunfo para transformarlo en los resultados que los norteamericanos y lo habitantes del resto del mundo están esperen do.
Esto es una gran responsabilidad para este hombre, para este pueblo, pero sabemos que son la clase de retos que han hecho de Estados Unidos, el país más poderoso del mundo.
Buena Suerte a Todos.
Al final de una presidencia de ocho años, George W. Bush deja un país sumido en una de las peores crisis económicas de la historia, con dos frentes bélicos abiertos (Iraq y Afganistan), con una pésima imagen internacional, por el uniletaralismo que demostró esta administración, por la fragante violación de los derechos humanos, que realizan en Guantanamo (Cuba), con el pretexto de obtener información para su lucha en contra del terrorismo.
Estados Unidos vive momentos intensos cargados de emoción, de incertidumbre sobre lo que podría ocurrir con sus empleos, sus casa y la educación de sus hijos. En medio de todo esto un hombre capitalizo la esperanza de una mayoría, incluyendo en su campaña el famoso "yes we can" (si se puede).
Si se puede salir avante de la crisis, si se puede restaurar los principios de libertad y democracia que le dieron origen a esta nación, si se puede salir victoriosos de la guerra contra el terrorismo, sin acabar con las garantias individuales, si se pueden superar los prejuicios sociales sobre la raza, el género o la preferencia sexual; si se puede hacer que Estados Unidos pueda mirar con esperanza el futuro.
Por muchas razones este triunfo es histórico, un hombre negro hijo de un keniano será el presidente 44 de los Estados Unidos, por si esto fuera poco hace un año nadie podría apostar por que el senador de Illinois pudiera llegar a la Casa Blanca, una campaña que fue creciendo poco a poco y que aprovechó las ventajas que las nuevas tecnologías ofrecen, que pudo conectar con la gente y superar la enorme diversidad cultural de la nación. Una campaña que inmiscuyo de manera especial a los jóvenes, que los envolvió y los hizo participes de ella. En síntesis una campaña que se fundió con los sentimientos y ambiciones de la mayoría.
Hoy comienza la historia después de la épica victoria, el momento en el que hay que canalizar este gran triunfo para transformarlo en los resultados que los norteamericanos y lo habitantes del resto del mundo están esperen do.
Esto es una gran responsabilidad para este hombre, para este pueblo, pero sabemos que son la clase de retos que han hecho de Estados Unidos, el país más poderoso del mundo.
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