El
día de la toma de protesta de Donald Trump como el 45 presidente de los Estados
Unidos de América ya ha pasado, y en tan solo unos días ha tomado ya decisiones
que afectaran el curso de la economía global; lo que a nosotros más nos
preocupa es la decisiones que tomará el nuevo gobierno norteamericano con respecto
al NAFTA, es este el inicio del fin.
Ya
son muchos los análisis que se han hecho con respecto al fin de una era; de una
periodo del tiempo en el que el libre comercio era la bandera que enarbolaba la
primera economía mundial, Trump en el día de su envestidura profirió de su ronco
pecho una frase que no deja de ser hilarante, “El mundo se ha a provechado de
Estados Unidos, robándole su industria y redistribuyendo la riqueza de la clase
media por todo el mundo”. No deja de ser interesante que se refiera a la riqueza
de la clase media pues las clases altas norteamericanas, no parece que hayan
sufrido la misma suerte ¿por qué?
“El mundo se ha a provechado de Estados Unidos, robándole su industria y redistribuyendo la riqueza de la clase media por todo el mundo”.
Las
primeras acciones han sido las órdenes ejecutivas para firmar la renuncia de
Estados Unidos al acuerdo Transpacífico, y la renegociación del NAFTA, una
nueva etapa de incertidumbre de abre para México, inexplicablemente iremos a
renegociar un Tratado de Libre Comercio en el cual el presidente de los Estados
Unidos nos ha pintado como aprovechados, no como competente, sino como unos
viles que se están robando los empleos y las industrias norteamericanas, esas
que con tanto esfuerzo y sacrificio fueron consolidadas por los padres y los
abuelos de esa nación.
Así
asistiremos a unas mesas de negociación donde Trump, acostumbrado a negociar
fuerte y en sus términos tratara de imponer su voluntad y provocar el mejor
acuerdo posible para sus intereses, quien sabe si estos intereses del
presidente sean los mismos de pueblo, de cual él se autonombra su
representante.
La
incertidumbre se está comiendo a México, el donar sufre con cada tuit del presidente
Trump, y ahora con la renegociación del Tratado de Libre comercio se abre una
periodo de incertidumbre, que no se sabe en cuanto tiempo terminará, mientras
los mercados clamando sangre para seguir operando, especularán con la suerte
del peso mexicano, algo que nos costará muy caro; y para lo cual poco se puede
hacer, pues una intervención del Banco de México a parte de infructífera, es resulta
cara, el horno no está como para quemar reservas miserablemente.
Las
implicaciones con este viraje al proteccionismos norteamericano, mostrará sus
efectos en la economía mundial, en la conformación de los pesos y contrapesos
que la regulan, el marco jurídico en que debe desarrollarse, y las nuevas
reglas no escritas que imperarán en él, además se vislumbra un reacomodo de las
monedas, y en especial del papel que juega el dólar como moneda de reserva por
excelencia, con tanta incertidumbre en la dirección que tomará la economía
norteamericana, todavía falta ver los efectos que esta tendrá en su moneda, y
si los países quieren seguir apostando al dólar como la moneda de reserva,
quizás algunos puedan optar por incrementar sus reservas en yenes, yuanes y a
hasta euros aunque este último no deje de estar también cubierto por un halo de
incertidumbre, habrá que analizar los modelos que ponderes los efectos de una
política económica proteccionista sobre el dólar.
Por
otra parte independientemente de lo que pase con la negociación del Tratado de
Libre Comercio, y con las demandas que tiene Trump con respecto a este, está
orbitando en esas misma negociaciones por lo menos por parte del gobierno
mexicano, de no ceñirse únicamente al ámbito comercial y negociar una agenda
más extensa, que incluya migración, derechos humanos, regulación del tráfico de
armas y dinero de Estados Unidos a México, y de medidas sobre el medio
ambiente, por cierto sobre este tema, habría que dedicar un post especial, pues
han puesto al lobo a vigilar a las ovejas.
El
periodo de incertidumbre nos seguirá acompañando, no se sabe que tanto se
extiendan las negociaciones, y una vez concluidas que tanto se lleve aprobar o
no estas nuevas bases del TLC a las respectivas legislaturas de los tres países
que conforman el TLC o NAFTA, mientras las inversiones se verán inhibidas por
el nerviosismos provocado por no saber sobre qué bases se podrá operar en la
región; ojalá el gobierno de México cumpla su palabra de discutir el acuerdo
con firmeza y defender los intereses de la nación, de los mexicanos de las
empresas nacionales y de las que han decidido invertir en México, después de
todo no podemos dar el lujo de renunciar al mercado más grande del mundo;
aunque si insisten en imponer condiciones ignominiosas para nuestros país, o
implantar aranceles de usura; en ese mismo grado se harán más atractivo hacerse
a la mar y llegar a otros mercados en la cuenca de pacífico y del atlántico.
Para
que la diversificación vaya en serio hará que invertir noblemente en
infraestructura portuaria, Manzanillo, Veracruz, Ensenada, Guaymas, Lázaro
Cárdenas, Mazatlán, Altamira, Coatzacoalcos, tendrán que incrementar su
capacidad operativa.
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