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viernes, 16 de febrero de 2018
martes, 12 de diciembre de 2017
Definiciones 2018
Estamos en el momento de las definiciones, ahora si las
cosas comienzan a tomar un rumbo más claro e independientemente de los
candidatos, lo que podemos observar es como se están conformando los grupos de
poder.
Los candidatos de las coaliciones y partidos con
posibilidades de triunfo están ya claros, por el partido gobernante el
candidato es José Antonio Meade, por el frente todo indica que será Ricardo
Anaya, y por Morena, PT, Andrés Manuel López Obrador.
Lo que veremos en los próximos días es un proceso en el que los candidatos harán una
precampaña para afianzar su imagen algunos, para delinear su ruta de campaña
otros.Por un lado la coalición "al frente por México".
El domingo 10 de diciembre por fin Ricardo Anaya declara
formalmente su intención de ser el candidato del frente para disputar la
presidencia de México, una ruta que estaba definida desde hace mucho tiempo, y
que muchos al interior del PAN intentaron desafiar, pero fueron derrotados
entre ellos Margarita Zabala, esposa de Felipe Calderón, y Rafael Moreno Valle
exgobernador de Puebla. Ambos fueron derrotados y todos sus esfuerzos fueron
infructuosos, Margarita renunció a su militancia, mientras que Moreno Valle
espero hasta el final; solo para llevarse una amarga sorpresa.
Lo que resulta realmente sorprendente es que Miguel Ángel
Mancera que unos días antes había sido ungido por el PRD, como su candidato a
la presidencia, solo para que el pasado sábado 9 de diciembre anunciara,
custodiado por Cuauhtémoc Cárdenas, que no participaría en el proceso de
selección de candidato a la presidencia de la república por el Frente,
aludiendo a que no había condiciones democráticas en el proceso de selección,
toda vez que será Acción nacional el partido que designará al candidato
presidencial.
Así las cosas Anaya se perfila para ser el candidato del
Frente, además de ser el mejor posicionado en las encuestas, por lo que no se
ve como los otros personajes al interior del PAN que le disputarán la
candidatura puedan ganarle. El candidato Anaya nos pone un escenario definido, la
coalición del Frente, busca unida ganar la elección presidencial, unidos tienen
una posibilidad mayor, a que si fueran junto, pero no es una simple unión de
porcentajes electorales lo que se vislumbra en este Frente, y contrario a lo
que dicen tampoco es por la búsqueda de una transformación profunda del sistema
político mexicano, y es que sus acciones los delatan, se trata de un pacto
cupular, por la obtención del poder, esto no es debe llamarnos a sorpresa,
todos los actores políticos están motivados por esa ambición. Pero seamos
claros ¿cuál fue el factor de decisión para que el PRD y el PAN optasen por
coaligarse? Además de la aritmética, el PRD tienen una condición especial en
los últimos años, la perdida dramática de peso electoral en todo el país, a
pesar de su sonado incremento en el número de votos que tuvo en el Estado de
México, lo cierto es que el PRD, se ha desdibujado en los últimos años, y casi
resulta imposible diferenciarlo del PRI o del PAN, fue un factor importante
para brindar en charola de plata las tan anheladas reformas, para que Peña
Nieto se apuntara ese éxito en sus primeros años de gobierno. Una senda de
reformas cuyos beneficios brillan por su ausencia.
El PAN, luego del desgate de 12 años en el poder, no
levantaba cabeza, aunque Anaya quiere vender que en lo últimos procesos
electorales el PAN ha repuntado y hoy tiene el mayor número de gubernaturas en
su historia; los cierto es que las condiciones electorales locales responde a
otras circunstancias, los triunfo del PAN y sus socios, son más el resultado
del desgaste del PRI, que las cualidades propagandísticas del PAN.
El otro contexto a tratar es el pacto que Anaya tenía con el
PRI-Gobierno, ya desde el Pacto por México, no porque él lo haya fraguado sino
porque lo secundo como presidente de la Cámara de Diputados, luego consolido
esa alianza y se veía una clara sintonía entre las decisiones del partido con
los designios desde los Pinos, pero esa luna de miel se terminó en las
elecciones del año pasado, Coahuila se la quedo el PRI a la mala y usando todo
su poder para conseguirlo; mientras Anaya lucho con lo que tenía, desde las
Cámaras ordeno obstaculiza el avance de la agente programática del gobierno, el
más significativo de ellos, impedir que el procurador carnal, se convirtiera en
el primer fiscal, producto de la reforma que creaba una fiscalía, que cuyo
titular sería transexenal durando 9 años en el cargo.
Luego vino el contra ataque del PRI, con una campaña negra
encomiable, señalando la senda de enriquecimiento de la familia política de
Anaya, como si esto fuera una anomalía en la clase política mexicana.
Anaya llega fortalecido, tocado quizás, pero lo que no te
mata te hace más fuerte, y la designación de Meade como candidato del PRI,
parece confirmar que Anaya será la punta de lanza del sistema para las
elecciones del 2018.
Por lo que toca a Meade como candidato del PRI.Cuando por fin se destapo a Meade para pocos hubo una
sorpresa, ya la rumorología había señalado al elegido, y la verdad todo eso de
las formas priista da mucha flojera, lo cierto es que el PRI, no se puede retro
traer de su historia, y por más que repitan hasta hartazgo que son el nuevo
PRI, la historia y la costumbre terminan pesando más.
Sin embargo con Meade como candidato termina una etapa del
PRI, no una de su mejores, sino una de las más corruptas e incompetentes en su
historia; el grupo en el poder no pudo colocar a uno de sus fieles soldados al
frente de la candidatura presidencial y
si bien Meade es parte de grupo del poder, no es ni por mucho un candidato
hecho en el seno del partido.
Porque digo que culmina una época porque este grupo no tiene
ya mucho futuro, pase lo que pase en la elección del 2018, la elección de Meade
es la claudicación del grupo en el poder, no es ni será en los meses que vengan
un candidato competitivo, ni podrá emocionar siquiera a la base priista; esta
base tendrá que ir eligiendo entre Andrés Manuel López Obrador o Anaya, pues su
candidato tiene una difícil senda ascendente hasta la silla presidencial y el
tiempo apremia, los gobernadores priistas tiene poco tiempo para tomar una
decisión; la cual no será difícil de tomar, pues han visto canceladas cualquier
aspiración en el 2018.
El sistema, el auténtico poder, operara con el frente, el
PRI, tendrá que ir calentado la banca de la oposición. Finalmente López Obrador.Un político maduro quien ha navegado contra corriente
durante muchos años, ampliamente conocido y que hoy tiene en jaque al sistema
completo, el cual está elucubrando como le quita puntos porcentuales a Morena
para acercarse al triunfo, mientras sus opositores se mueven entre los veintes,
el ronda los treintas; si esto fuera una democracia consolidada y sólida quizás
no tendría mucho de qué preocuparse, pero en un sistema como el mexicano, hay
que buscar una ventaja lo más amplia posible, y ello no solo depende del
candidato, también del grupo que lo acompañara en esta aventura electoral; la
más importante por todo lo que está en juego, y en la que se tiene que definir
el rumbo del país.
Andrés Manuel va con mucha fuerza por la presidencia, tiene
un voto duro envidiable, y la posibilidad de capturar el voto de priistas y
panistas inconformes o derrotadas en el proceso de selección, que ven como la
cúpula del poder se ha repartido las posiciones y poco o nada han dejado a sus
bases; también habrá en estas bases partidistas que se planteen, quién tiene
una agenda realmente nacionalista en su propuesta, pues ni el PRI, ni el
FRENTE, podrán presumir de una agenda nacionalista, más bien los suyo es una
agenda entreguista y sumisa a los designios de Washington y cualquier otra
potencia con dinero suficiente para comprar sus favores.
La base social que tiene Andrés Manuel es muy amplia, y
sobre todo leal, millones de mexicanos ven en él una autentica esperanza, ven a
uno de los suyos, difícilmente los otros dos candidatos podrán conectar tan
profundamente con la gente.
Que tiene muchos debilidades, por supuesto, que tiene muchos
defectos, que no es el la salvación de México ni duda cabe, pero por algún lado
debemos empezar a devolver el poder a la gente.
jueves, 26 de octubre de 2017
La corrupción el eje del sistema político mexicano
El eje central del sistema político actual mexicano, lo constituye la
corrupción, es esta la que permite que todo el sistema funciones, el dinero
público y privado desviado a las actividades de la clase política, para
mantener el control, continuar manteniendo el poder.
¿A quiénes les conviene?
El sistema se mantiene porque requiere una enorme cantidad de recursos
para funcionar, hasta para tratar de controlarlo se necesitan grandes
cantidades de recursos, por ejemplo el sistema electoral mexicano es muy caro,
en buena medida debido a los grandes controles de seguridad que se tienen que
desarrollar para tener cierta viabilidad. Por ejemplo el costo más importante
es el de credencial de elector, para que la misma no sea susceptible de
falsificaciones, los mismo pasa con todos los elementos necesarios para
realizar las elecciones, boletas, actas, tinta indeleble, etcétera, todo debe
estar revestidos de candados de seguridad.
Sin el entramado costeado por la corrupción el sistema político
mexicano colapsaría por su enorme peso; todas las actividades necesarias para
mantener el control requieren de un ingente y constante flujo de recursos,
necesarios para comprar conductas, conciencias, espacios publicitarios, grupos
de poder, desviar conciencias, fraguar nuevos negocios.
Mantener el actual sistema representa un costo cada vez más alto para
el país, estos recursos necesarios para mantener el sistema se concentran como
todo en un sistema capitalista, en la elite, misma que necesita de esta flujo
de recursos para mantenerse en el poder y hacer crecer su patrimonio, poder e
influencia.
Es la lucha por el poder lo que nos tiene aquí, en algunas partes esta
lucha se da en un contexto menos violento pero en México esta lucha por el
poder es descarnada, con un enorme costo social, miles de jóvenes mueren cada
año a consecuencia de esta terrible lucha por el control del mercado de las
drogas.
Una actividad criminal, que no se lo contamina todo, sus brazos
financieros están por todas las actividades económicas formales e informales,
no hay actividad que esté exenta, del dinero proveniente de la venta de drogas;
esto implica que las consecuencias de esta actividad irradian a toda la
actividad económica nacional, por su puesto la política incluida.
¿Quiénes controlaran realmente el mercado de las drogas?
La corrupción mantiene el sistema funcionando, la obtención de recursos
suficientes para concentrar el capital suficiente para seguir influyendo, en
las actividades más rentables, en aquellas actividades donde se fomenta la
extracción rentista.
La verdad es que la clase política mexicana es muy buena para innovar
en las formas de desviar los recursos públicos, pero para reinvertir los
recursos obtenidos no es muy buena, por lo que se concentran en el mercado
inmobiliario y financiero, muy pocos de ellos se implican en actividades de innovación
tecnológica e investigación científica, por lo que las inversiones
desarrolladas por los corruptos buscan invertir en los mismos mercados donde
obtuvieron la fortuna de forma ilícita, es decir, ahí donde están implicados
los recursos públicos.
El sistema se replica así mismo, una vez que se inicia, crece, pues
busca precisamente las actividades que más permeadas por la corrupción; en todo
nivel de gobierno se repite el patrón, solo difiere la escala.
El sistema tiene que auto protege, como los negocios están
estrechamente vinculados unos a los otros, si un miembro del sistema cae en
desgracia, tiene que ser defendido por todos, pues la caída de uno, puede
significar el fin un flujo constante de recursos necesarios para mantener el
sistema y el nivel de vida de la clase política.
Es por ello, se les ve actuar en conjunto, como uno solo, por los mismo
es muy difícil que alguno caiga; al menos que el costo de esa caída sea
soportable por el sistema, es el caso de varios de los exgobernadores hoy en
desgracia.
Es la corrupción el eje del sistema político mexicano, para cambiarlo
junto con sus perversos incentivos, hay que empezar por combatir la corrupción.
miércoles, 18 de octubre de 2017
Elecciones en tiempos convulsos.
Los retos que enfrentamos
como nación son enormes y variados, por ello el desafío que nos presente es tan
grande.
El grupo en el poder, la
elite política, económica, financiera cultural de México, nos avizoran que en
tiempos tan difíciles, tan convulsos y confusos, lo mejor es seguir confiando
en ellos, en sus instintitos, en sus fórmulas financieras, en sus responsabilidad
social, en su capacidad de planificación y análisis, en todo lo que han
construido en los años recientes, en las reformas estructurales que pronto, muy
pronto nos colmaran con sus frutos.
Sin embargo es difícil
confiar, cuando una y otra vez nos han traicionado, cuando apelando a nuestro
deber y patriotismo, al esfuerzo y al sacrificio, no han hecho otra cosa que
buscar la forma más rápida de enriquecerse, de hacer negocios de centralizar
poder y de construir un marco de impunidad en el cual seguir prosperando; a
costa de una inmensa mayoría que se desangra en medio de una guerra sin piedad
ni cuartel.
Así las cosas para esta
patria nuestra, que se enfila a un proceso en el que las armas políticas de
siempre se enfrentaran por controlar las decisiones más importantes por los próximos
seis años.
¿Qué proyectos se
enfrentan en las urnas el próximo junio del 2018?
Por un lado tenemos el
proyecto que encabeza el actual gobiernos, en el cual podemos incluir a su
mejor aliado para implantarlo en políticas públicas, el PAN, el otro partido
que fungió como aliado del gobierno durante el primer periodo de esta gobierno
es el PRD, quién es responsable directo de la reforma fiscal por ejemplo. Así
que tanto el PAN como el PRD, no son una verdadera alternancia al proyecto de
nación que se desarrolla actualmente; podemos afirmar que lo que salga de la
alianza de estos dos partidos, no diferirá mucho de las políticas públicas actualmente
en marcha, y en algunos aspectos podríamos visualizar una profundización de las
reformas emprendidas por el PRI.
De este modo el único
proyecto alternativo que se presenta en el actual proceso electoral es el que
representa MORENA, y su candidato, son los únicos que plantean algo diferente
al resto de los partidos políticos, un proyecto al que se le busca descalificar
a priori con el mote de populista, como si esa palabra por si sola asustara;
nos evocan los fantasmas del pasado, un pasado de un partido único, al cual no
se le contrariaba, un pasado donde la corrupción justo como hoy en día campeaba
en la vida pública nacional.
MORENA trata de poner al
ser humano en el centro de las políticas públicas, que el Estado tenga una
orientación humanista, que entorno a las necesidades de la gente gire la
actividad pública, y no al revés, como pasa actualmente, en donde la gente se
tiene que orientar a las políticas públicas.
No hay un enfoque que
tome en cuenta la diversidad del país, los diferentes problemas que enfrenta,
ni toma en consideración la búsqueda de las mejores condiciones de vida para
toda la sociedad.
No nos podemos permitir
seguir dejando atrás a nuestros hermanos, de olvidarlo en la ignominia del
hambre y la miseria; el desarrollo, la prosperidad debe tocarnos a todos.
¿Cómo lograrlo?
Para empezar no
secuestrando la riqueza, la corrupción acapara recursos valiosos para la
prosperidad de la nación, estanca la competencia, acribilla la libertad, y
finalmente asesina; este es el primer paso para mejorar la situación del país,
dejar de desviar recursos al bolsillo de los corruptos.
Luego promoviendo la
generación de riqueza, en las distintas actividades económicas, las gente sabe cómo
hacer su trabajo, como realizar un objetivo, hay que darle esa libertad, con
una política pública que promueva la competencia, que brinde seguridad jurídica,
que proponga políticas económicas que fomenten la inversión, que promueva el
comercio internacional y que fomente la innovación.
Las amenazas del mundo
actual son muchas, desde los países que nos compiten directamente, como los
latinoamericanos, los países asiáticos, la misma China, o la India, hasta el
reto que representa la atomización del trabajo.
¿Cómo generar los empleos
necesarios cuando la tecnología está en condiciones de automatizar muchas de
las actividades económicas?
Pues he ahí uno de los
grandes retos que enfrenta la nación, eso unificado al precario estado de las
finanzas públicas, agotadas por los gastos infructuosos acaparados por una
pandilla de ladrones, que han hecho del gasto público una fuente inagotable de
riqueza persona.
Un mundo donde la tensión
crece entre naciones tan dispares como Corea del Norte y los Estados Unidos,
con un presidente de esta nación tan impredecible y que no se cansa de buscar
pleitos en todo lo ancho del globo.
En ese contexto nos toca
elegir proyecto y a la persona indicada de encabezar el mismo.
La respuesta no puede
estar en esta elite agotada y corrupta debidamente representada por los Meade,
Anaya, Barrales o quienes surjan en los meses por venir.
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