jueves, 1 de octubre de 2009

2 Octubre 1968




El 68 sigue siendo emblemático en su cuadragésimo primer aniversario, es algo que sigue presente, porque a pesar del tiempo transcurrido sigue como un proceso inacabado, como algo que no termina por pertenecer plenamente al pasado, su sobra todavía nos alcanza; porque aún vemos las cicatrices que dejo en esas familias que hasta hoy no saben cual fuel el paradero de sus hijos.
Los acontecimientos del 2 de octubre del 68 deben de seguirnos importando, para no permitir que algo similar nos suceda de nuevo, es el eterno recordatorio, de que la libertad no se puede dar por sentada, que hay que defenderla en todo momento.

También no recuerda que el idealismo de nuestros jóvenes es el motor de cambio más importante que tenemos, que su empuje, esperanza, deseos y hambre de triunfo, son indispensables para la construcción de una mejor sociedad. ¿Como vemos a los jóvenes de ahora con los de esa década?
Sin duda en esos años como ahora somos incapaces de entender adecuadamente las necesidades y los ideales que defienden.
No logramos meternos de lleno en ese modo de pensar, nos limitamos a pensar que quizás al igual que nosotros en nuestros noveles días, solo quieran pensar en divertirse y pasarla bien, lo que vemos a simple vista es que atestan los centros de diversión, las discotecas, que los que tienen acceso a las computadoras solo se la pasan en internet haciendo quien sabe que. Que para otros muchos otro, la mayoría no hay otro camino que el de adaptarse lo más pronto posible a las exigencias de la vida, y buscar la forma de sobrevivir, y utilizando la más eficaz, muchos de ellos ya son padres antes de cumplir la mayoría de edad.

Algunos comentarios que he escuchado sobre el tema es que lo importante de este movimiento además de que era encabezado por estudiantes; es que estos provenían de la clase media; que la clase gobernante no podía entender del todo, como estas personas las más beneficiadas por el sistema, se revelaban contra la autoridad.
Lo cierto es que en este movimiento nunca se pidió la destitución del Presidente de la República o se perseguía la conquista del poder. Apenas demandaban unos cuantos cambio a nivel local, que tenían que ver con el comportamiento de la policía del DF, libertad a unos presos políticos que no eran líderes que pudieran desestabilizar el sistema. ¿Entonces por que tal represión?, ¿A que era a lo que realmente se le temía?. Solo podemos especular al respecto.
A la luz de estos años aún no nos queda claro, cuales fueron las causas que se sucedieron para que una protesta estudiantil, tuviera el trágico desenlace que tuvo la manifestación de tlatelolco, aquella triste tarde del 2 de octubre de 1968.

La lección del 68 es clara, la represión no es la salida, el absolutismo no es el sistema que funcione en una sociedad vitalizada por sus jóvenes, en una sociedad moderna tiene que haber espacio para todas las corrientes del pensamiento, debe haber respeto para los ciudadanos, dejar en libertad tomen las decisiones que más les convengan. Después del 68 se estima en más la tranquilidad, la paz social.

Cuan importante fueron estos hechos para la vida del país; todos esos jóvenes que no hacían otra cosa sino protestar contra lo que ellos creían injusto, ninguno pudo advertir lo que se avecinaba, lo que estos hechos significarán para el México de hoy.
Para la gran mayoría de la población, conformada por jóvenes, estos hechos están ubicados en un pasado lejano, el del abuelo, el del papa.

Conviene no olvidar el 68 para honrar la memoria de los que ahí cayeron, y además para encausar los esfuerzos para que estos hechos no se repitan. Y una forma de hacerlo es escuchar con más atención lo que nuestros jóvenes quieren decirnos.

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