Ya una vez transitados esos
primeros re fulgurantes días de la presidencia de Donald Trump, vemos que las órdenes
ejecutivas que ha firmados no se han aplicado de inmediato, es decir, no han
tenidos los efectos que un memorándum de un CEO de una empresa genera en todo
el entramado institucional; por el contrario las órdenes ejecutivas se han
topado con los diques que el sistema político norteamericano ha creado a los
largo de los años, de esta forma la orden ejecutiva de impedir la entrada de
musulmanes provenientes de países como Irán, Irak, Yemen, o Somalia, se ha
topado con las resistencia del poder judicial a través del mandato de un juez, en
cuanto a la orden ejecutiva que ordena la construcción del muro, una vez
realizada, no es mucho lo que se ha avanzado en ese sentido, pues falta que el
congreso discuta sobre los recursos que tendrán que salir de las arcas del
gobierno de Estados Unidos, para iniciar la construcción, pues México hasta el
momento se niega a pagar.
¿Con todo esto a qué no
enfrentamos en realidad?
Las nuevas formas han
intrigado a la opinión pública internacional, todos se han sorprendido con las
llamadas realizadas por el presidente Donald, se ha sacado la versión desde la
Casa Blanca que han sido llamadas duras, tratando de maximizar entre su base la
idea de un presidente fuerte, dominante, capaz de enfrentar cualquier problema,
que la forma más adecuada de volver a Estados Unidos grande otra vez, es usando
la fuerza, el miedo, la coerción de la nación más poderosa del mundo para
imponer su voluntad.
Para el presidente Trump solo
hay una verdad, lo que él define como verdad, desde allí habrá que partir, en
cualquier negociación con él, se debe partir de esa base, en el caso de México,
se debe partir de la idea del presidente de que México se aprovecha de los
Estados Unidos, que el déficit es una muestra de ese aprovechamiento y que para
solucionar ese problema México tiene que o dejar de vender a Estados Unidos
pagando un arancel, o bien, comenzar a comprar más para equilibrar esa balanza.
La balanza de pagos es la
medida para observar desde la perspectiva trumpiana para saber si un país se
aprovecha de otro, por ello bajo esta perspectiva Alemania se aprovecha del
resto de Europa y como no podría ser de otra forma también se aprovecha de Estados
Unidos.
Así las cosas estamos ante un
gobierno con una idea sobre dimensionada de sus propias capacidades para
realizar cambios en la política norteamericana, que además realiza todos estas
acciones desde una peculiar forma de interpretar la realidad; esto nos da una
base para enfrentar la negociación con este personaje y el gobierno que
encabeza; en cualquier negociación con Trump solo vale una premisa, él siempre
tiene la razón, por lo que no hay que gastar tiempo en convencerlo de lo
contrario es una batalla perdida, o una en donde solo tiene posibilidades de éxito
su amado yerno; para el resto no queda más remedio que aceptar, por lo que solo
queda una cosa por decir, no, a todo lo que plante y esperar, aguantar la
embestida.
Porque con alguien que detenta
la verdad simplemente no hay margen de negociación, en esta caso México ira con
la batalla perdida frente al gobierno de Trump, aunque hay la posibilidad de
ganar la batalla con los hechos, los datos, las circunstancias, en la opinión
pública, ese 52% que no aprueba las acciones de su presidente, un porcentaje
que de hoy en adelante no parara de crecer.
#Totallytrue
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