10-Abr-2008
Juegos de Poder
Leo Zuckermann
Más sobre Marx
Hace poco escribí un artículo de por qué había que leer a Karl Marx. Lo hice motivado por las conversaciones que he sostenido con Javier Tello. No conozco en México a nadie que haya leído tan acuciosa como críticamente a Marx. Por eso, creo importante reproducir los comentarios que me envió Tello sobre el tema.
“Tú dices que el marxismo fue la teoría más enseñada en las universidades públicas de México en el área social. Sí y no. Pienso que en México más que leer o estudiar a Marx, el marxismo se ‘rezaba’. Enseñar a Marx no es, en sí, ni bueno ni malo, ya que la calidad de una licenciatura no tiene que ver tanto con a quién estudias sino con la forma en la que se estudia. Como sabes, pienso que el objetivo principal de una licenciatura es aprender a pensar y uno puede hacerlo estudiando latín, matemáticas, teología, ingeniería, a Hayeck o a Marx. Incluso, una licenciatura entera dedicada al estudio (análisis, evaluación, defensa y crítica) de Marx, si está bien armada, sería una licenciatura muy completa, de la misma forma en que lo es la famosa licenciatura de latín y griego de la Universidad de Oxford, no obstante que son dos lenguas muertas. No hay que olvidar la frase de que el marxismo es la síntesis de la economía inglesa, el socialismo francés y la filosofía alemana. Una licenciatura sobre Marx sería, en ese sentido, una licenciatura de estas tres disciplinas y abarcaría el estudio de Adam Smith, Saint-Simon y Hegel, entre otros. Claramente, una gran licenciatura.
“Tú mencionas la crítica a Marx por ser un pensamiento cerrado, citando a Popper como autoridad. ¿Cómo explicas, entonces, que el marxismo derivó por un lado en el movimiento socialdemócrata y por el otro en el bolchevismo? Precisamente el revisionismo de Bernstein, un connotado marxista, es el resultado de lo que, según Popper, no es posible hacer: falsear hipótesis o predicciones de Marx. Conforme evoluciona el capitalismo durante la segunda mitad del siglo XIX y a partir de un análisis empírico, Bernstein falsea, por ejemplo, la tesis de la pauperización, la tesis de que la clase obrera desarrollaría una conciencia de clase revolucionaria y la tesis de que la clase media desaparecería. Y precisamente lo que permitió que Bernstein pudiera falsear y rechazar estas hipótesis fue un entendimiento del socialismo marxista como ‘científico’, lo que lo distinguía del socialismo premarxista que era ‘utópico’. Sin duda alguna hay un componente teleológico en la visión histórica de Marx, que es algo que Popper identifica con el historicismo que tanto rechaza. Esta tendencia en Marx es real, pero no es posible reducir a Marx ni al marxismo a un materialismo dialéctico tan cerrado y burdo.
“Tú tocas un tema que es recurrente al hablar de Marx que es el de sus predicciones y de si se equivocó o no. Pienso que esta pregunta es algo absurda al hablar de la obra de cualquier gran pensador y más aún de alguien con una obra tan compleja y rica como la de Marx. Sin duda el vínculo entre el ‘experimento’ soviético y la obra de Marx, así como el conflicto entre Este y Oeste a lo largo del siglo XX le dan algo de relevancia a este tema. Sin embargo, insisto, la pregunta es poco atinada y ello se vuelve evidente al aplicarla a otros grandes pensadores: ¿Se equivocó Platón? ¿Se equivocó Maquiavelo? ¿Se equivocó Locke? Incluso bajo el supuesto de que hace sentido hacer y responder esta pregunta, creo que leer sólo a pensadores que ‘no se equivocaron’ resultaría precisamente en el tipo de sociedad cerrada que rechaza Popper”.
Tello también me critica por haber dicho que Marx fue un pensador provocador: “Confieso que este calificativo no me gustó nada. Fukuyama es un pensador provocador. Marx es uno de los pensadores más importantes de la historia moderna. Un gran filósofo, economista, politólogo y sociólogo. Además, un líder político, un gran periodista y panfletista. En fin, Marx es mucho más que un pensador provocador”. Le aclaré a Javier que lo decía porque cuando uno lee el Manifiesto del Partido Comunista queda claro que el autor es un hombre brillante y provocador: “Imagínate escribir eso a mediados del siglo XIX. Utilizo provocador en el sentido de que quiere que su obra se lea provocando grandes reacciones”. Tello me contestó: “Estoy totalmente de acuerdo de que el Manifiesto en particular es muy provocador e incluso para muchos fue aterrador. Y sin duda Marx lo escribió con ese propósito. Pero no sé si ello permite calificar su obra entera como provocadora. Claro que en cierto sentido lo es, pero el punto que traté de hacer es que si uno tuviera que escoger un y sólo un adjetivo para describir a Marx como pensador, no sé si el mejor adjetivo sería el de provocador”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario