El día de ayer miércoles el presidente Barack Obama firmó la ley de protección a los consumidores de productos financieros, la reforma de Wall Street.
A dos años de la peor crisis económica, después de la gran depresión de los años treinta del siglo pasado, el presidente Obama firmó una reforma que tiene la encomienda de regular la actividad financiera en la economía norteamericana. Una meta sin duda ambiciosa, el presidente dijo
"La causa principal" de la recesión fue "el descalabro de nuestro sistema financiero", y la crisis de 2008 fue fruto de la irresponsabilidad de algunos sectores en Wall Street y en los corredores del poder en Washington.
La crisis que comenzó con la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers y que derivo en la caída del mercado de créditos global, sumió a la economía mundial en una recesión, y a los Estados Unidos en una de sus peores crisis económicas, cuyos efectos aún se sienten en especial en el mercado de trabajo, donde el desempleo llega al 9%.
Para la administración Obama el camino esta claro, hace falta una mayor intervención del Estado en la economía, el gobierno es quien tienen que regular el mercado financiero norteamericano para que los pequeños inversionistas y los contribuyentes no terminen pagando las consecuencias de otra crisis financiera.
"Gracias a esta ley, al pueblo estadounidense jamás se le pedirá de nuevo que pague por los errores de Wall Street. No habrá más rescates financiados por los contribuyentes, punto"
Ahora habrá que preguntarse que tan efectiva es en realidad esta reforma que lleva los nombres de sus creadores Dodd-Frank Act el referencia al senador Christopher Dodd y el legislador Barney Frank. Los objetivos que busca esta reforma son los siguientes:
- Mantener un mercado financiero responsable.
- Proteger a las familias estadunidenses de prácticas injustas y abusivas por parte del sector financiero.
- Reducir la inequidad del sistema financiero.
- La reforma debe dar certidumbre al mercado y a un crecimiento estable.
Para conseguir estos objetivos se crea una entidad de protección financiera para los consumidores, permitirá que le gobierno desmantele empresas que pongan en riesgo la economía, y aumenta la vigilancia al sistema financiero norteamericano.
Esto para muchos analistas representa un cambio en el paradigma del modelo económico, en que se pasa del libre mercado a la intervención del Estado en la economía; sin embargo la mayor critica que se hace a esta reforma no es su carácter intervencionistas, sino los alcances que pueda tener la misma, pues según dicen no ataca las raíces del problema, el ejemplo que nos traen a colación no puede ser otro que el caso de Lehman Brothers, ya que el encubrimiento de las cuentas reales del banco de inversiones no provino de una laxa regulación de los mismos, sino, de una encubrimiento descarado de su situación financiera, o mejor dicho de la mentira en sus estados financieros; las cuales pudo sostener sin forzar las reglas contables norteamericanas, la empresa utilizó la normatividad contable vigente para mentir, sin incurrir en una violación a la ley. Así pudo esconder 600’000 millones de dólares en perdidas.
La reforma no contempla una nueva normatividad contable, lo que hace es aumentar la burocracia para tratar de poner freno a las especulaciones del sector financiero, algo que no se puede estar seguro de que se consiga pues los mercados financieros cada día logran sortear las regulaciones estatales. Pero bueno por lo menos pone una barreara más alta para los nuevos intentos de jugar con alto riesgo que se puedan dar en el futuro.
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