Después de 7 años de intervención norteamericana en Iraq, ayer 31 de agosto de 2010 oficializa el fin de hostilidades en Iraq, y dice “que es un pueblo libre, que tendrá que hacerse cargo de su futuro”.
Uno de los efectos de la caída de las torres gemelas de New York, ha terminado, los Estados Unidos anuncian su salida paulatina de Iraq, que se terminará de concretar el año entrante, por fin uno de los capítulos más lamentables de este incipiente siglo XXI termina, por lo menos en cuanto a lo referente de la presencias de tropas norteamericanas en Iraq, porque sus repercusiones posteriores apenas inician, y algunas de ellas lucen temibles.
No podemos asegurar que después de la intervenciones en Iraq y Afganistán, el mundo es un lugar más seguro, el siguiente acto terrorista en alguna nación occidental sigue al asecho, esperando el irremediable plazo de la historia, no sabemos ni cuando ni donde, solo intuimos que ocurrirá. Sobre todo al ver como el germen del odio encuentra un caldo de cultivo que lo alimenta, a lo largo y ancho del planeta. Y para muestra de ello ahí esta la experiencia de un par de voluntarios de nacionalidad española de una ONG de asistencia que fueron apenas liberados los días pasados, sus captores son miembros de una célula de Al-Qaeda, las cuales se extiende por toda el África del norte.
No habrá un Hussein dispuesto a financiar a estas actividades, pero hay suficiente odio en el mundo, como para que el terrorismo encuentre fuentes de financiamiento, como lo hace en Afganistán, en donde el crecimiento de los talibanes se alimenta del tráfico ilegal de drogas; este país ya es uno de los principales productores de marihuana y hachís.
Con lo que respecta a Iraq ya había tocado el tema en una entrada anterior, lo esta de sobre recordar los retos que enfrenta la sociedad iraquí, pues con tantos intereses, y grupos étnicos tan diversos, y la creciente intolerancia religiosa, hacen que este país sea un polvorín.
Veremos en el devenir de la historia lo que estos acontecimientos desatarán en el futuro.
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