jueves, 26 de octubre de 2017

La corrupción el eje del sistema político mexicano




El eje central del sistema político actual mexicano, lo constituye la corrupción, es esta la que permite que todo el sistema funciones, el dinero público y privado desviado a las actividades de la clase política, para mantener el control, continuar manteniendo el poder.
¿A quiénes les conviene?
El sistema se mantiene porque requiere una enorme cantidad de recursos para funcionar, hasta para tratar de controlarlo se necesitan grandes cantidades de recursos, por ejemplo el sistema electoral mexicano es muy caro, en buena medida debido a los grandes controles de seguridad que se tienen que desarrollar para tener cierta viabilidad. Por ejemplo el costo más importante es el de credencial de elector, para que la misma no sea susceptible de falsificaciones, los mismo pasa con todos los elementos necesarios para realizar las elecciones, boletas, actas, tinta indeleble, etcétera, todo debe estar revestidos de candados de seguridad.

Sin el entramado costeado por la corrupción el sistema político mexicano colapsaría por su enorme peso; todas las actividades necesarias para mantener el control requieren de un ingente y constante flujo de recursos, necesarios para comprar conductas, conciencias, espacios publicitarios, grupos de poder, desviar conciencias, fraguar nuevos negocios.
Mantener el actual sistema representa un costo cada vez más alto para el país, estos recursos necesarios para mantener el sistema se concentran como todo en un sistema capitalista, en la elite, misma que necesita de esta flujo de recursos para mantenerse en el poder y hacer crecer su patrimonio, poder e influencia.
Es la lucha por el poder lo que nos tiene aquí, en algunas partes esta lucha se da en un contexto menos violento pero en México esta lucha por el poder es descarnada, con un enorme costo social, miles de jóvenes mueren cada año a consecuencia de esta terrible lucha por el control del mercado de las drogas.
Una actividad criminal, que no se lo contamina todo, sus brazos financieros están por todas las actividades económicas formales e informales, no hay actividad que esté exenta, del dinero proveniente de la venta de drogas; esto implica que las consecuencias de esta actividad irradian a toda la actividad económica nacional, por su puesto la política incluida.
¿Quiénes controlaran realmente el mercado de las drogas?
La corrupción mantiene el sistema funcionando, la obtención de recursos suficientes para concentrar el capital suficiente para seguir influyendo, en las actividades más rentables, en aquellas actividades donde se fomenta la extracción rentista.
La verdad es que la clase política mexicana es muy buena para innovar en las formas de desviar los recursos públicos, pero para reinvertir los recursos obtenidos no es muy buena, por lo que se concentran en el mercado inmobiliario y financiero, muy pocos de ellos se implican en actividades de innovación tecnológica e investigación científica, por lo que las inversiones desarrolladas por los corruptos buscan invertir en los mismos mercados donde obtuvieron la fortuna de forma ilícita, es decir, ahí donde están implicados los recursos públicos.
El sistema se replica así mismo, una vez que se inicia, crece, pues busca precisamente las actividades que más permeadas por la corrupción; en todo nivel de gobierno se repite el patrón, solo difiere la escala.
El sistema tiene que auto protege, como los negocios están estrechamente vinculados unos a los otros, si un miembro del sistema cae en desgracia, tiene que ser defendido por todos, pues la caída de uno, puede significar el fin un flujo constante de recursos necesarios para mantener el sistema y el nivel de vida de la clase política.
Es por ello, se les ve actuar en conjunto, como uno solo, por los mismo es muy difícil que alguno caiga; al menos que el costo de esa caída sea soportable por el sistema, es el caso de varios de los exgobernadores hoy en desgracia.
Es la corrupción el eje del sistema político mexicano, para cambiarlo junto con sus perversos incentivos, hay que empezar por combatir la corrupción.

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